“(…) pero fueron esos primeros besos- los míos desesperados,
los tuyos despacios- y esas primeras caricias furtivas y refriegas nocturnas de
las que tu pequeño carro fue testigo, fueron esos juegos los que acabaron
terminando nuestra amistad. Porque me revelaron de un modo brutal, mi incapacidad
de amarte bien, mi absoluto extravío en las brumas del deseo. Y porque te
mostraron a ti, por entonces tan inocente, que detrás de mis sonrisas mansas
habitaban, agazapados, inquietantes, unos fantasmas con muy malos modales.”
“Cuenta siempre con mi rendida amistad. Si algún día
pudieran necesitar algo de mi, yo estaré a tus ordenes. Nada de lo que pueda
darte compensará todo lo que aprendí con tigo. Pasa la vida, queda tu sonrisa en
mi memoria. Eso, la melancólica evocación de tu sonrisa, me llena de tristeza
pero también de una extraña quietud.”
“Todavía recuerdo mi patética venganza: Te llevé a almorzar
a una pizzería y cuando tú eras solo mimos y arrumacos conmigo, animada sin
duda por la cervecita espumosa que tenias al lado, te dije: No me gusta hacer
el amor con tigo.”
Excelente libro, como siempre Jaime Byly y sus obras que tanto me encantan. En lo personal al leerlo, me sentí identificado en muchas partes.
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