“Ella sufre en alguna parte. Siempre ha sufrido. Es muy
alegre, adora el amarillo, su pájaro es el mirlo, su hora la noche, su puente
el Pont des Arts”
“(…) la hizo Pasifae la doblo, la uso como a una adolecente,
la conoció y le exigió las servidumbres de la más triste puta, la magnificó a
constelación, la tuvo entre los brazos oliendo a sangre, le hizo beber del
semen que corre por la boca como el desafío al Logos, le chupó la sombra del
vientre y de la grupa y se alzó hasta la cara para untarla de si misma en esa
última operación de conocimiento que solo el hombre puede dar a la mujer, la
exaspero con piel y pelo y baba y quejas, la vacío hasta lo último de su fuerza
magnifica, la tiró contra una almohada y una sábana y la sintió llorar de
felicidad contra su cara que un nuevo cigarrillo devolvía a la noche del cuarto
y del hotel.”
“(…) entonces la única posibilidad de encuentros estaba en
que Horacio la matara en el amor donde ella podría conseguir encontrarse con él,
en el cielo de los cuartos de hotel se enfrentaban iguales y desnudos y allí
podría consumarse la resurrección del fénix después que él la hubiera
estrangulado deliciosamente, dejándole caer un hilo de baba en la boca abierta,
mirándola extático como si empezara a reconocerla, a hacerla de verdad suya, a
traerla de su lado.”
“-Esa luz es tan usted, algo que viene y va, que se mueve
todo el tiempo.-”
“(…) al fin y al cabo de esos viejos discos, de los shows
boats, y de las noches de Storyville había nacido la única música universal del
siglo, algo que acercaba a los hombres
más y mejor que el esperanto, la Unesco o las aerolíneas, una música
bastante primitiva para alcanzar universalidad y bastante buena para hacer su
propia historia, con cismas, renuncias y herejerías, su charleston, su black
bottom, su shimmy, su foxtrot, su stomp, sus blues, para admitir las
clasificaciones y las etiquetas, el estilo esto y aquello, el swing, el bebop,
el cool, ir y volver del romanticismo y el clasismo, hoy y jazz cerebral, una
música-hombre, una música con historia a diferencia de la estúpida música
animal de baile, la polka, el vals, la zamba, una música que permitía
reconocerse y estimarse en Copenhague como en Mendoza o en Ciudad del Cabo, que
acerca a los adolescentes con sus discos bajo el brazo, que les daba nombres y
melodías como cifras para reconocerse y adentrarse y sentirse menos solos
rodeados de jefes de oficinas, familia, y amores infinitamente amargos, una música
que permitía todas las imaginaciones y los gustos (…)”
“Si, ¿pero qué orden puede ser ese que no parezca el más
nefasto, el más terrible, el más insanable de los desórdenes? El orden de los
Dioses se llama ciclón o leucemia, el orden del poeta se llama antimateria,
espacio duro, flores de labios temblorosos, realmente qué sbornia tengo, madre
mía, hay que irse a la cama enseguida.”
“-Ándate, Horacio, va a ser lo mejor.
-Probablemente. Fíjate, de todas maneras, que si me voy
ahora cometo algo que se parece casi al heroísmo, es decir que te dejo sola,
sin plata y con un hijo enfermo.”
“-Nunca me explicaste bien qué andabas buscando por el Quai
de Jemmapes.
-Oh, no buscaba nada.
-Tenías una moneda en la mano.
-Me la encontré en el cordón de la vereda. Brillaba tanto.”
“Es triste llegar a un momento de la vida en que es más fácil
abrir un libro en la página 96 y dialogar con su autor(…)”
“(…) digamos que todo se acabó y que yo ando por ahí
vagando, dando vueltas, buscando el norte, el sur, si es que lo busco. Si es
que lo busco. Pero si no lo buscara, ¿qué es esto? Oh mi amor, te extraño, me
dolés en la piel, en la garganta, cada vez que respiro es como si el vacío me
entrara en el pecho donde ya no estás.”
“Cada vez iré sintiendo menos y recordando más, pero qué es
el recuerdo sino el idioma de los sentimientos, un diccionario de caras y días
y perfumes que vuelven como los verbos y los adjetivos en el discurso,
adelantándose solapados a la cosa en si, al presente puro, entristeciéndonos o
aleccionándonos vicariamente hasta que el propio ser se vuelve vicario, la cara
que mira hacia atrás abre grande los ojos, la verdadera cara se borra poco a
poco como en las viejas fotos(…)”
“-Tiene un gato y muchísimos libros. Una vez subí a llevarle
un paquete de parte de la portera, y me hizo entrar. Habían libros por todas
partes. Esto lo tenía que pasar, los escritores son distraídos.”
“-Una artista como usted conocerá de sobra la comprensión y
el snobismo del público. En el fondo yo sé que usted toca para usted misma.”
“-Hay ausencias que representan un verdadero triunfo-
articuló increíblemente Oliveira.”
“Ahora empezara a reprochárselo, a desmontarlo poco a poco
hasta que no quedará más de lo de siempre, un agujero donde soplaba el tiempo,
un continuo impreciso sin bordes definidos “No hagamos literatura”, pensó
buscando un cigarrillo después de secarse un poco las manos con el calor de os
bolsillos del pantalón.”
“-Pobre amor el que de pensamiento se alimenta- citó Ossip.”
“-Con lo que ha pasado ya estamos metidos hasta las orejas-
dejo Oliveira-. Especialmente ustedes dos, yo siempre puedo probar que legué
demasiado tarde. Madre deja morir infante mientras atiende amante sobre
alfombra.”
“Il faut tenter de vivre, ¿pourquoi?”
“En realidad nosotros somos como las comedias cuando uno
llega al teatro en el segundo acto. Todo es muy bonito pero no se entiende
nada. Los actores hablan y actúan no se sabe por qué, a causa de qué.
Proyectamos en ellos nuestra propia ignorancia, y nos parecen unos locos que
entran y salen muy decididos. Ya lo Shakespeare, por lo demás, y si no lo dijo
era su deber decirlo.”
“-Sin lenguaje no hay hombre. Sin historia no hay hombre.
-Sin crimen no hay asesino. Nada te prueba que el hombre no
hubiera podido ser diferente.”
“-¿Qué punto de comparación tenés para creer que nos ha ido bien? ¿Por qué
hemos tenido que inventar el Edén, vivir sumidos en la nostalgia del paraíso perdido, fabricar utopías,
proponernos un futuro? Si una lombriz pudiera pensar, pensaría que no le ha ido
tan mal. El hombre se agarra de la ciencia como de eso que llaman un áncora de
salvación y que jamás he sabido bien lo que es. La razón segrega a través el
lenguaje una arquitectura satisfactoria, como la preciosa, rítmica composición
de los cuadros renacentista, y nos planta en el centro.”
“-Y esas crisis que la mayoría de las personas consideran
como escandalosas, como absurdas, yo personalmente tengo la impresión de que
sirven para demostrar el verdadero absurdo, el de un mundo ordenado y en calma,
con una pieza donde diversos tipos toman café a las dos de la mañana, sin que
realmente nada de eso tenga el menor sentido como no sea hedónico, lo bien que
estamos al lado de esta estufita que tira tan meritoriamente. Los milagros
nunca han parecido absurdos; absurdo es lo que los precede y los sigue.”
“-Me dan ganas de romperte la cara- dijo Oliveira, cebando
el mate.
-¿Qué culpa tengo yo?
-No es por una cuestión de culpa, che. Sos dostoievskianamente asqueroso y simpático a la
vez, una especie de lame culos metafísico. Cuando te sonreís así uno comprende
que no hay nada que hacer.”
“¿Para qué nos vamos a engañar? No se puede vivir cerca de
un titiritero de sombras, de un domador de polillas. No se puede aceptar a un
tipo que pasa el día dibujando con los anillos tornasolados que hace el
petróleo en el agua del Sena. Yo, con mis candados y mis llaves de aire, yo que
escribo con humo. Te ahorro la réplica porque lo veo venir: No hay sustancias
más letales que esas que se cuelan por cualquier parte, que se respiran sin
saberlo, en las palabras, en el amor, o en la amistad. Ya va siendo tiempo de
que me dejen solo, solito y solo. Admitirás que no me ando colgando de los
levitores. Rajá, hijo de Bosnia. La próxima vez que me encontrés en la calle no
me reconozcas.”
“Et tous nos amours”
“-¿Se matan así los locos?
-No, vieja, pero de cuando en cuando se tiran el lance. Lo
mismo que los cuerdos, si me permitís la mala comparación.”
“-Dime por qué te levantaste, fuiste a la ventana y
suspiraste.
-No me tiré.
-Idiota.”
“Tendría que repasar algunas cosas, el tiempo y su esmeril
suavecito.”
“(…) es incapaz de perseverar, no tiene el menor sentido de
las distancias, el tiempo se le hace triza en las manos, anda a tropezones con
el mundo.”
“Anda a saber si no sos vos la que esta noche me escupe
tanta lastima, Anda a saber si en el fondo no hay que llorar de amor hasta
llenar cuatro o cinco palanganas. O que te las lloren, como te las están
llorando.”
“-Todo se deshace cuando lo agarrás, hasta cuando lo mirás-
dijo Pola-. Sos como un ácido terrible,
te tengo miedo.
-Haces demasiado caso de unas metáforas.
-No es solamente que lo digas, es una manera de… No sé, como
un embudo. A veces me parece que me voy a ir resbalando entre tus brazos y que
me voy a caer en un pozo. Es peor que soñar que uno se cae en el vacío.”
“En un plano de hechos cotidianos, la actitud de mi
conformista se traduce por su rechazo a todo lo que huele a idea recibida, a
tradición, a estructura gregaria basada en el miedo y en las ventajas
falsamente reciprocas. Podría ser Robinson sin el mayor esfuerzo. No es misántropo, pero solo acepta de hombres y
mujeres la parte que no ha sido plastificada por la superestructura social; él
mismo tiene medio cuerpo metido en el molde y lo sabe, pero ese saber es activo
y no la resignación del que marca el paso. Con su mano libre se abofetea la
cara gran parte del día, y en los momentos libres abofetea a los demás, que se
lo retribuyen por triplicado. Ocupa así sus líos monstruosos que abarcan
amantes, amigos, acreedores y funcionarios, y en los pocos ratos que le quedan
libres hace de su libertad un uso que asombra a los demás y que acaba siempre
en pequeñas catástrofes irrisorias, a la medida de él y de sus ambiciones
realizables; otra libertad más secreta y evasiva lo trabaja, pero solamente él
(y eso apenas) podría dar cuenta de sus juegos.”
“(…) como siempre, le atraían las manos de las mujeres,
sentía la necesidad de tocarlas, de pasar sus dedos por cada falange, explorar
con un movimiento como de kinesiólogo japonés la ruta imperceptible de las
venas, enterarse de la condición de las uñas, sospechar quirománticamente
líneas nefastas y montes propicios, oir el fragor de la luna apoyando contra su
oreja la palma de una pequeña mano un poco húmeda por el amor o por una taza de
té.”
“(…) de pronto un nuevo mar, un diferente oleaje lo
arrancaba del automatismo, lo confrontaba, parecía denunciar oscuramente su
soledad enredada de simulacros. Encanto y desencanto de pasar de una boca a
otra, de buscar con los ojos cerrados un cuello donde la mano ha dormido
recogida, y siente que la curva es diferente, una base más espesa, un tendón
que se crispa brevemente con el esfuerzo de incorporarse para besar o morder.
Cada momento de su cuerpo frente a un desencuentro delicioso, tener que alargarse
un poco más, o bajar la cabeza para encontrar la boca que antes estaba ahí tan
cerca, acariciar una cadera más ceñida, incitar a una réplica y no encontrarla,
insistir, distraído, hasta darse cuenta de que todo hay que inventarlo otra
vez, que el código no ha sido instituido, que las claves y las cifras van a
nacer de nuevo, serán diferentes, responderán a otra cosa. El peso, el olor, el
tono de una risa o de una súplica, los tiempos y las precipitaciones, nada
coincide siendo igual, todo nace de nuevo siendo inmortal, el amor juega a inventarse,
huye de sí mismo para volver en su espiral sobrecogedora, los senos cantan de
otro modo, la boca besa más profundamente o como de lejos, y en un momento
donde antes había como cólera y angustia es ahora el juego puro, el retozo
increíble, o al revés, a la hora en que
antes se caía del sueño, el balbuceo de dulces cosas tontas, ahora hay una
tensión, algo incomunicado pero presente que exige incorporarse, algo como una
rabia insaciable. Solo el placer en su aletazo último es el mismo; antes y
después el mundo se ha hecho pedazos y hay que nombrarlo de nuevo, dedo por
dedo, labio por labio, sombra por sombra.”
“La vida, como un comentario de otra cosa que no alcanzamos,
y que están ahí al alcance del salto que no damos.
La vida, un ballet sobre un tema histórico, una historia
sobre un hecho vivido, un hecho vivido sobre un hecho real.
La vida, fotografía del número, posesión en las tinieblas
(¿Mujer o monstruo?), la vida, proxeneta de la muerte, esplendida baraja, tarot
de claves olvidadas que unas manos gotosas rebajan a un triste solitario.”
“La música pierde melodía, la pintura pierde anécdota, la
novela pierde descripción.”
“Los perfumes, los himnos órficos, las algalias en primera y
en segunda acepciòn... Aquí olés a sardónica. Aquí a crisoprasio. Aquí, esperá
un poco, aquí es como perejil pero apenas, un pedacito perdido en una piel de
gamuza. Aquí empezas a oler a vos mismas. Qué raro, verdad, que una mujer no
pueda oler como la huele el hombre. Aquí exactamente. No te muevas, dejame. Olés
a jale real, a miel en un pote de tabaco, a algas aunque sea tòpico decirlo.
Hay tantas algas, la Maga olía a algas frescas, arrancadas al último vaivèn del mar. A
la ola misma. Ciertos dìas el olor a algas se mezclaba con una cedencia más
espesa, entonces yo tenía que apelar a la perversidad - pero era una
perversidad palatina, entendé, un lujo de bulgaròctono, de senestal rodeado de
obediencia nocturna-, para acercar los labios a los suyos, tocar con la lengua
esa ligera llama rosa que titilaba rodeada de sombra, y después, como hago
ahora con vos, le iba apartando muy despacio los muslos, la tendía un poco de lado
y la respiraba interminablemente, sintiendo cómo su mano, sin que yo se lo
pidiera, empezaba a desgajarme de mí mismo como la llama empieza a arrancar sus
topacios de un papel de diario arrugado. Entonces cesaban los perfumes,
maravillosamente cesaban y todo era sabor, mordedura, jugos esenciales que corrían por la boca,
la caída en esa sombra, the primeval darkness, el cubo de la rueda de los orígenes.
Sí, en el instante de la animalidad más agachada, más cerca de la excreción y
sus aparatos indescriptibles, ahí se dibujaban las figuras iniciales y finales,
ahí en la caverna viscosa de tus alivios cotidianos está temblando Aldebarán,
saltan los genes y las constelaciones, todo se resume alfa y omega, coquille,
cunt, concha, con, coño, milenio, Armagedón, terramicina, oh cállate, no empecés
allá arriba tus apariencias despreciables, tus fáciles espejos. Que silencio tu
piel, qué abismos donde ruedan dados de esmeralda, cínifes y fenices y cráteres...”
“Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en
hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él
procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y
tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las
arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar
tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas
fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un
momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara
suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los
encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa
convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los
esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé!
Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos.
Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un
profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles
que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.”