miércoles, 31 de julio de 2013

Los Insaciables/ Harold Robbins



“-¿Distinto?- gritó ella con rabia-. ¿Por qué es distinto para ti y no para mí?
-El marido puede serle infiel a su esposa, lo mismo que la esposa puede serlo al marido. Pero el amigo nunca le es infiel a la amiga, ni la amiga al amigo.”


“-Está loco- Soltó Jacques-. Aunque en realidad todos los artistas están locos.”

“Hazlo solo para ti.  De otro modo te encontraras con un cuchillo clavado en la espalda, hecho de tu propio dinero.”


“-Quiero decir que por grande que te hagas nunca crecerás lo suficiente para usar mis zapatos, hasta que yo te lo permita.”

“-Ahora trata de descansar un poco.
-¿Para qué?- susurró-. ¿Para que pueda vivir unos días más en este mundo loco y desenfrenado que me rodea? No, Jonas. Estoy muy cansada de la vida. Quiero morir. Pero no me dejes morir aquí.”


“No quiero ser sínico. La cosa no es tan sencilla como tú crees. La ley no es una coa inflexible. Es algo vivo que refleja las esperanzas y los deseos del pueblo. Por esa razón las leyes se cambian y enmiendan a menudo. A la larga confiamos que lo legal y lo moral confluirán juntos, como las líneas paralelas que se encuentran en el infinito.”

“Cuando se profundiza en ello, se ve que todas las personas tienen un precio. Puede variar la moneda corriente. Puede ser dinero, poder, gloria, sexo, cualquier cosa. Lo que hace falta es saber lo cual cada persona quiere.”

 
“”Las cosas adoptaban siempre el rumbo que ellos querían darle. En realidad nada lo cambiaba, fuera del dinero.”


“El tiempo nunca pasa tan deprisa, pensó él, como cuando uno va acabando. En cierto modo, todo parece más despejado, más claro. Hasta las decisiones se toman con mayor facilidad. Tal vez sea porque la responsabilidad ha perdido su sentido.”


“Yo te necesito, quiero que seas lo que yo quiero, un reflejo de la imagen de mis sueños, el espejo de mis íntimos deseos, el rostro que yo quiero mostrar al mundo, el brocado en el que yo bordo mi gloria