“(…) vio en su cara una sonrisa de crédula esperanza y pensó
que iban a llegar a parís y que se bañarían, que irían juntos a cualquier lado,
a su casa o a la de ella a bañarse, a comer, a bañarse interminablemente, y a
comer y beber, que después habría muebles,
habría un dormitorio con muebles y un cuarto de baño con espuma de jabón para afeitarse
de verdad, y retretes, comidas, y retretes
sábanas, París era un retrete y dos sabanas y el agua caliente para el
pecho y las piernas, y una tijera de uñas,
vino blanco, beberían vino blanco antes de besarse y sentirse oler a
lavanda y a colonia, antes de conocerse de verdad a plena luz, entre sabanas
limpias y volver a bañarse por juego, amarse y bañarse y beber, y entrar en la
peluquería, entrar en el baño, acariciar las sabanas, y acariciarse entre las
sabanas y amarse entre la espuma y la lavanda y los cepillos antes de empezar a
pensar en lo que iban a hacer (…)” LA AUTOPISTA DEL SUR
“Digo que me ocurría, aunque una estúpida esperanza quisiera
creer que acaso ha de ocurrirme todavía.” EL OTRO CIELO
“Pudo ser coincidencia, pero haberla conocido allí, mientras
llovía en el otro mundo, el del cielo alto y sin guirnaldas de la calle, me
pareció un signo que iba más allá del encuentro trivial con cualquiera de las
prostitutas del barrio.” EL OTRO CIELO
“La tomó de un bazo con toda su fuerza. –No me dejes ir
así-, suplicó. –No puedo seguir huyendo siempre, sin saber.-” INSTRUCCIONES PARA JOHN HOWELL
“Envidio un poco esa iguala que los acerca, que los vuelve
cómplices con tanta facilidad; desde mi mundo puritano –no necesito confesarlo,
cualquiera que e conozca sabe de mi horror al desorden moral- los veo como
ángeles enfermos (…)” EL PERSEGUIDOR
“-Lo que pasa es que se creen sabios- dice de golpe-. Se
creen sabios porque han juntado un montón de libros y se los han comido. Me da
risa, porque en realidad son buenos muchachos y están convencidos de lo que
estudian y lo que hacen son cosas muy difíciles y profundas. (…)” EL
PERSEGUIDOR