domingo, 15 de diciembre de 2013

La Divina Comedia/ Dante Alighieri



“Inmediatamente se tiño de sangre, y volvió a exclamar:
-¿Por qué me desgarras? ¿No tienes ningún sentimiento de piedad? Hombres fuimos y ahora estamos convertidos en troncos: tu mano debería haber sido más piadosa, aunque fueramos almas de serpientes. Como el leño verde que al arder por uno de sus extremos gime por otro y gotea a causa del aire que por él pasa, así de la rama rota salían palabras y sangre juntamente; por lo que dejé caer la ramita y me detuve horrorizado.”

“-Conviene ahora que sacudas tu pereza- me dijo el maestro-; que no se alcanza la fama reclinado en blanda pluma, ni el abrigo de colchas: y el que sin gloria consume su vida deja en pos de sí el mismo vestigio que el humo en el aire o la espuma en el agua. Así que levántate; vence la fatiga con el ánimo, vencedor de todas las batallas mientras la pesadez de tu cuerpo no lo debilita. Aún nos queda por subir una escala mucho más larga; pues no basta haber atravesado por entre los espíritus infernales. Si me entiendes, mis palabras serán de ayuda.”


“(…) Pensad en vuestro origen, vosotros no habéis nacido para vivir como los brutos sino para alcanzar la virtud y el conocimiento (…)”


“Si mi estilo fuera áspero y ronco, cual conviene para describir el sombrío pozo sobre el cual se apoyan todas las otras rocas, expresaría mucho mejor la esencia de mi pensamiento.”


“-Dirige hacia mí las penetrantes luces de tu inteligencia, y te será manifiesto el error de los cielos que se erigen en maestros. El alma, que ha sido creada con predisposición al amor, se lanza hacia todo lo agradable tan pronto como se incita por el placer a ponerse en acción (…)”



 “Pero la voluntad no lo puede todo; porque la risa y el llanto siguen de tal modo a la pasión de que proceden, que en los hombres más sinceros se manifiestan sin querer; así es que yo no pude evitar sonreír, como quien muestra estar confabulando con otro. Entonces la sombra se calló, y me miro a los ojos, que es donde más se refleja el pensamiento.”


“-Echa afuera el ardor de tus deseos, de modo que al salir refleje la fuerza con que lo sientes; no porque nuestro conocimiento aumente con tus palabras, sino porque te atrevas a manifestar tu sed y otros te lo puedan satisfacer.”

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