“Inmediatamente se tiño de sangre, y volvió a exclamar:
-¿Por qué me desgarras? ¿No tienes ningún sentimiento de
piedad? Hombres fuimos y ahora estamos convertidos en troncos: tu mano debería
haber sido más piadosa, aunque fueramos almas de serpientes. Como el leño verde
que al arder por uno de sus extremos gime por otro y gotea a causa del aire que
por él pasa, así de la rama rota salían palabras y sangre juntamente; por lo
que dejé caer la ramita y me detuve horrorizado.”
“-Conviene ahora que sacudas tu pereza- me dijo el maestro-;
que no se alcanza la fama reclinado en blanda pluma, ni el abrigo de colchas: y
el que sin gloria consume su vida deja en pos de sí el mismo vestigio que el
humo en el aire o la espuma en el agua. Así que levántate; vence la fatiga con
el ánimo, vencedor de todas las batallas mientras la pesadez de tu cuerpo no lo
debilita. Aún nos queda por subir una escala mucho más larga; pues no basta
haber atravesado por entre los espíritus infernales. Si me entiendes, mis
palabras serán de ayuda.”
“(…) Pensad en vuestro origen, vosotros no habéis nacido
para vivir como los brutos sino para alcanzar la virtud y el conocimiento (…)”
“Si mi estilo fuera áspero y ronco, cual conviene para
describir el sombrío pozo sobre el cual se apoyan todas las otras rocas,
expresaría mucho mejor la esencia de mi pensamiento.”
“-Dirige hacia mí las penetrantes luces de tu inteligencia,
y te será manifiesto el error de los cielos que se erigen en maestros. El alma,
que ha sido creada con predisposición al amor, se lanza hacia todo lo agradable
tan pronto como se incita por el placer a ponerse en acción (…)”
“Pero la voluntad no
lo puede todo; porque la risa y el llanto siguen de tal modo a la pasión de que
proceden, que en los hombres más sinceros se manifiestan sin querer; así es que
yo no pude evitar sonreír, como quien muestra estar confabulando con otro.
Entonces la sombra se calló, y me miro a los ojos, que es donde más se refleja
el pensamiento.”
“-Echa afuera el ardor de tus deseos, de modo que al salir
refleje la fuerza con que lo sientes; no porque nuestro conocimiento aumente
con tus palabras, sino porque te atrevas a manifestar tu sed y otros te lo
puedan satisfacer.”
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